martes, 17 de agosto de 2010

camaleon come a long!!




Es impresionante como nos influye el contexto en la actitud... incluso en la personalidad...

En los viajes, donde nadie te conoce, y donde no hay cultura ni sociedad que te reprima, descubrimos un nuevo nosotros.
No deja de impresionarme el nivel de adaptación que tenemos, pero mi pregunta es si nos adaptamos a lo distinto cuando viajamos, o si, en gran parte, nos adaptamos a la sociedad en que vivimos?...

En otras palabras, donde somos más nosotros?

Cuando estamos en el círculo "primario" (familia, amigos de colegio, ciudad natal, etc), somos nosotros + una gran mochila que lleva tu apellido, tu colegio, tus opiniones de alguna vez, tus amistades de alguna vez, el lugar donde vives, lo que hiciste a los 10, lo que dijiste a los 15, en fin, tu historia.
Somos nosotros + todo eso (que no es menor).

Además de que la mochila crea innumerables prejuicios dentro de la gente que podamos ir conociendo, la carga me molesta sobre todo, porque, por lo menos dentro del círculo que me muevo, la mayoría acarrea con orgullo esa mochila, y no te permiten sacártela por ningún motivo.
Por ejemplo, me molesta que cuando estoy con mis amigas del colegio, o gente que me conoce hace tiempo, me cuestionan ideas o posturas, con argumentos como: "no puedes decir eso!!! si tú una vez dijiste tal cosa", es una clásica frase que me debo mamar y no la aguanto. "No puedes ser tan cambiante", otra típica e igual de insólita.

No sé desde cuándo el cambiar es algo malo.

Para mí es todo lo contrario.

Según mi visión, la cosa justamente se trata de aprender constantemente, de dudar, de que la vida te enseñe, te abra los ojos, te muestre otras realidades, lo que, inevitablemente -a alguien receptor, abierto- te va haciendo cambiar no sólo de opinión
sino tal vez, y ojalá, de forma de vida.

Mucha gente prefiere no cuestionarse, no aprender, y vivir su vida como un caballo de carrera, cegando los otros posibles caminos que puedan haber. Muchos de ellos en algún viaje o minuto de su vida cuando aparecen dudas o sentimientos por personas que no están permitidos en su chip interno se convencen de que "se distorsionaron" y vuelven a una vida segura y que seguramente no los llena del todo.

Yo creo que el desafío es estar dispuesto a cambiar, a conocer.
Y creo que entre más "incómodo" sea el ambiente que nos rodea, menos conocido, nos desafiamos más como personas, nos ponemos en situaciones límites en que sólo nos queda aprender y sacar facetas que no conocíamos de nosotros mismos.


Será por la sociedad de empaquetados, reprimidos, y vergonzosos, en que vivo, que llego afuera e inmediatamente quiero cambiar de color, o les pasará a todos?...

No sé, pero en todo caso me gusta la sensación de estar cambiando y absorviendo los colores del entorno... porque los chilenos podemos ser demasiado grises...