miércoles, 18 de enero de 2012

El boom del “Volunturismo” (revista VIA)


¿Cultivar huevos de tortugas en Costa Rica?, ¿cuidar huerfanitos en Bolivia?, ¿enseñar inglés en el sudeste asiático? Mientras que hace un par de décadas la idea de tomarse unas vacaciones para ir a trabajar podría haber sonado ridícula, hoy en día es una de las tendencias preferidas para conocer otras culturas y vivir una experiencia única y gratificante.


Viajeros solitarios, parejas, familias o grupos de amigos, están optando cada vez más, por esta forma de turismo de solidaridad: desde ayudar a familias de indígenas con proyectos de sustentabilidad y alojar con ellos, hasta enseñar inglés en Vietnam durmiendo en cabañas de lujo, hoy el volunturismo se adapta a todos los bolsillos y gustos.

“Si uno tiene un mínimo de conciencia de cómo está este mundo, creo que lo pasa mejor haciendo algo por mejorarlo que echada en una playa tomando mojito durante dos semanas seguidas”, explica Fernanda González, quien viajó a India por tres meses, y aprovechó de hacer un voluntariado de un mes en Calcuta. Allí conoció a varios chilenos más, argentinos, ingleses, y turistas de decenas de países, que tal como ella, madrugaban día a día a las 7 de la mañana para comenzar sus diversas labores de ayuda. “Me tocó hacer de todo. Desde lavar ropa, cocinar y limpiar, hasta hacer clases de arte a niños enfermos. Es duro, pero no lo cambiaría por nada, y ya estoy mirando voluntariados por Latinoamérica para mis próximas vacaciones”, asegura la joven artista.

El nicho ha crecido tanto que hoy existen decenas de agencias especializadas que arman el viaje completo, según los intereses, el tiempo, el dinero y la disposición de los solicitantes. Según Andrew Smith, coordinador de programas de la Agencia Voluntary Horizons, que opera en Chile, Argentina, Bolivia y Nicaragua, primero ellos deben buscar “the need”, es decir, gestionar dónde realmente se necesita ayuda de voluntarios. Una vez que tienen lugares con necesidades, le dan las opciones a el o los interesados y ahí coordinan el alojamiento, capacitación, y la opción de paseos turísticos. Los precios varían según las exigencias de los grupos o personas.

“Hay de todo y para todo los gustos, pero lo que sí es un poco excluyente es el tiempo. Yo no recomiendo que la gente haga voluntariados menos de dos semanas, porque así no se involucra y no es justo tampoco para las personas que están trabajando en esas comunidades”, explica Andrew. Actualmente Voluntary Horizons ofrece en Chile voluntariados en proyectos de conservación en la Patagonia, clases a niños ciegos en Santiago y reconstrucciones en pueblos afectados por el terremoto, entre otros.

Pero no todo es ensuciarse las manos y alojar en cabañas básicas con los locales del lugar. Para los más cómodos, la agencia Hands Up Holidays, ofrece el servicio de organizar viajes solidarios de lujo, dando opciones de ayudar en proyectos de todo tipo (se puede elegir entre el área de reconstrucción, enseñanza, medio ambiente, médico, etc), pero con alojamientos 5 estrellas y viajes a la medida del más exigente de los turistas, que pueden llegar a costar más de US$ 1000 al día (incluyendo el pasaje y todos los gastos).

Para los que no quieren “pagar por ayudar”, también existen agencias gratuitas como WWFO que hace años ofrece el servicio de portal, para que la gente que necesita ayudantes para sus granjas orgánicas pueda conectarse con voluntarios. Es también el caso de Helpx.net, aunque estos requieren una gama mayor de ayuda. Desde reparar casonas en la Toscana, a criar caballos en Escocia. Aquí los turistas corren con los gastos, y la idea es que trabajen un par de horas al día a cambio de comida y alojamiento. Ya lo sabe, las opciones están, la decisión es suya.

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